Edison, con experiencia en lámparas fluorescentes, quedó fascinado al saber que los rayos X podían alterar placas fotográficas. Creyó que funcionaban de forma similar a las lámparas que ya conocía. Encargó a su amigo y asistente Clarence Dally investigar si podía crearse un dispositivo práctico con ellos. Dally comenzó a experimentar con tubos de rayos X y pantallas recubiertas de sales fluorescentes.

Sin conocer los peligros de la radiación, Dally pasó horas expuesto. El resultado de sus esfuerzos fue un gran avance: el fluoroscopio.

Los logros

En 1896, presentaron el fluoroscopio en la exhibición de la National Electric Light Association. Hasta ese momento, los rayos X solo se observaban mediante placas fotográficas. El fluoroscopio permitía ver el interior del cuerpo humano en tiempo real, causando gran asombro. Las personas hacían fila para ver sus propios huesos.

Este dispositivo ayudó a popularizar el uso médico de los rayos X. Hasta la década de 1970, el fluoroscopio fue de uso común en hospitales.

Dally trabajó varios años perfeccionando el aparato, pero comenzó a mostrar síntomas graves: caída del cabello, daño en su mano derecha y dolor persistente. Dormía con las manos en agua fría, pero insistía en seguir experimentando.

La tragedia

El daño era irreversible. Dally desarrolló cáncer, perdió un brazo y eventualmente falleció en 1904, tras ocho años de exposición. Edison también mostró síntomas, incluyendo pérdida de visión en un ojo, pero su exposición fue menor.

Devastado por la muerte de Dally, Edison detuvo por completo sus investigaciones. Prometió cuidar de su familia y expresó públicamente su temor a la radiación.

"Dejé de experimentar con ellos hace dos años, cuando estuve a punto de perder la vista y Dally, mi asistente, prácticamente perdió el uso de sus dos brazos. Le tengo miedo al radio y al polonio y no quiero dinero de ellos".

Edison ofreció su tecnología a otros científicos, pero no volvió a trabajar con rayos X.

"No quiero saber nada más sobre los rayos X. En manos expertas, son una ayuda invaluable en cirugía y diagnóstico. Pero también pueden ser peligrosos y mortales, incluso para quienes los usan continuamente en laboratorios. Hay dos buenas lecciones objetivas de este hecho en nuestro laboratorio de Orange".

En la fotografía de la portada, se muestra a Edison y Dally probando el fluoroscopio en la mano de Dally.