La historia de Dolivo-Dobrowolsky, Tesla y Westinghouse
¿Qué es eso de "corriente polifásica"?
En nuestras casas, la mayoría de nosotros recibimos electricidad a través de dos cables (más uno de tierra, pero ese es otro tema). Esa corriente cambia de dirección 50 o 60 veces por segundo, dependiendo del país. A eso se le llama corriente monofásica.
Pero en fábricas o industrias grandes, llegan tres cables (más uno de tierra). La corriente que pasa por ellos tiene el mismo voltaje, pero cada una está desfasada 120° respecto a las otras. Esto se conoce como corriente trifásica, y es mucho más eficiente para mover motores grandes, transmitir energía a largas distancias y reducir pérdidas.
El sistema que inventó Tesla usaba solo dos fases, no tres. Y eso nos lleva a una historia fascinante.
Un vistazo a 1888
En esa época, un empresario visionario llamado George Westinghouse ya había comprado varias patentes y equipos de corriente alterna traídos desde Europa. Veía una gran oportunidad para desafiar a Thomas Edison, cuyo sistema de corriente continua tenía serias limitaciones.
La corriente alterna podía viajar más lejos, usaba menos cobre y, lo mejor de todo, no dependía de las costosas licencias de Edison. Pero Westinghouse necesitaba un motor eficiente que pudiera usarse en la industria.
Fue entonces cuando escuchó hablar de Galileo Ferraris, un inventor italiano que había creado un motor de inducción alimentado por dos fases. Le ofreció su diseño gratis, pero Westinghouse insistió en pagarle mil dólares. Poco después, descubrió que un tal Nikola Tesla estaba mostrando un motor casi idéntico en sus demostraciones.
Westinghouse le pagó a Tesla $170,000 dólares por sus patentes. Ambos motores —el de Ferraris y el de Tesla— funcionaban con dos fases, y requerían cuatro cables. ¡Un gran avance para su época!
Pero había un problema técnico
El sistema bifásico tenía un gran inconveniente: necesitaba dos generadores funcionando en sincronía, dos transformadores y cuatro cables. Era complicado, costoso y difícil de escalar a nivel industrial.
Westinghouse invirtió otros $300,000 dólares intentando hacer viable ese sistema... pero no lo consiguió.
Y entonces apareció un genio olvidado
Mientras Tesla y Westinghouse peleaban sus batallas técnicas en América, del otro lado del Atlántico, un ingeniero polaco-ruso llamado Mikhail Dolivo-Dobrowolsky estaba trabajando en algo revolucionario.
Este ingeniero, activo en Alemania y Suiza, diseñó un sistema completamente nuevo de corriente trifásica. A diferencia del sistema de Tesla (que requería hasta seis cables), el suyo funcionaba con solo tres. Usaba un único generador, transformadores más simples y lo que hoy llamamos una conexión en delta.
En 1891, Dolivo-Dobrowolsky realizó una demostración espectacular: logró transmitir electricidad a 176 kilómetros de distancia con una eficiencia nunca antes vista. También diseñó el primer motor, generador y transformador trifásico realmente funcional para uso industrial.
¿Y qué pasó con Tesla?
Si bien Tesla propuso un sistema trifásico antes que nadie, su diseño era demasiado complejo para implementarse. En cambio, el sistema de Dolivo-Dobrowolsky funcionó a la perfección, y fue adoptado rápidamente por Westinghouse.
Incluso la famosa planta hidroeléctrica de las cataratas del Niágara fue rediseñada para operar con el sistema trifásico de Dolivo-Dobrowolsky. El mundo ya no volvería a ser el mismo.
Entonces, ¿por qué no conocemos su nombre?
La historia suele quedarse con los personajes más carismáticos. Tesla era un genio, sí, pero también un excelente showman. Su figura creció en el imaginario popular, mientras que Dolivo-Dobrowolsky quedó en el olvido, a pesar de que su sistema es el que usamos hasta hoy.
Mikhail Dolivo-Dobrowolsky (1862–1919) fue uno de los grandes genios olvidados que hicieron posible el mundo moderno.
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