Después de que Edison leyó sobre los trabajos de Wilhelm Roentgen y los rayos X, decidió comenzar a experimentar con el nuevo medio. (Aunque Tesla realizó algunas de las primeras observaciones sobre los rayos X, nunca los estudió a fondo y publicó muy poco sobre sus observaciones; en su lugar, se dedicó a hacer tubos de rayos catódicos más potentes).
Edison, que ya había trabajado mucho con lámparas fluorescentes, se fascinó al saber que los rayos X podrían producir transformaciones químicas capaces de alterar una placa fotográfica. Consideraba que debían trabajar de manera similar a las lámparas fluorescentes. Comisionó a su apreciado amigo y asistente Clarence Dally para experimentar si se podía hacer algo similar con los rayos X. Clarence comenzó a realizar experimentos sosteniendo un cartón recubierto con sales fluorescentes y los tubos de rayos X.
Sin saberlo, Clarence sufriría el mismo destino que Marie Curie, ya que ignoraban que esas radiaciones a largo plazo son peligrosas. Clarence pasó horas expuesto a los rayos X.
Pero el resultado final fue uno de los grandes avances de la medicina de su época y fue lo que logró que los rayos X se volvieran invaluables en medicina.

Los logros

Así, Edison y Clarence lograron finalmente una versión final de su proyecto, creando un equipo que era fácil de usar. En 1896, participaron en la exhibición de la "National Electric Light Association" para presentar su nuevo invento, el fluoroscopio. Hasta ese momento, los rayos X se observaban mediante una placa fotográfica, que requería el uso de un laboratorio fotográfico. El fluoroscopio permitía observar el interior del cuerpo humano en tiempo real. La gente formó largas colas para ver sus propios huesos en la pantalla del fluoroscopio.
Eso fue lo que ayudó a extender el uso de los rayos X en la medicina. Hasta los años 1970, el fluoroscopio era uno de los equipos más utilizados para observar los rayos X.
Clarence Dally siguió trabajando varios años en el laboratorio de rayos X de Edison refinando el aparato. Pero ocurrió lo inevitable, Dally comenzó a mostrar los síntomas de la radiación. Su mano derecha quedó casi inutilizada, su cabello se le empezó a caer, y dormía con las manos en agua para aliviar el dolor. Pero Dally estaba convencido de que los síntomas desaparecerían cuando dejara de trabajar con los Rayos X y decidió seguir trabajando un tiempo más.

La tragedia

Pero era demasiado tarde; Dally desarrolló cáncer, se le tuvo que amputar un brazo, pero no fue suficiente. Era evidente que no le quedaba mucho tiempo de vida.
Dally tampoco fue la única víctima; también Edison comenzó a mostrar síntomas de la radiación y comenzó a perder la vista en un ojo. Afortunadamente para él, en sus experimentos Edison trabajaba con equipos de Rayos X menos potentes que los que usaba Dally.
Edison estaba consternado porque Dally era uno de sus mejores amigos. Le prometió a Dally que cuidaría de su esposa e hijos mientras viviera y ordenó detener todos los experimentos con los rayos X.
Tiempo después, Edison le dijo a un reportero: 
"Dejé de experimentar con ellos hace dos años, cuando estuve a punto de perder la vista y Dally, mi asistente, prácticamente perdió el uso de sus dos brazos". "Le tengo miedo al radio y al polonio y no quiero dinero de ellos".
Dally murió en 1904 después de 8 años de experimentar con los Rayos X. El fluoroscopio ayudó a salvar incontables vidas, pero Edison ya no quería saber nada de él y ofreció sus desarrollos a otros para continuarlos. 
"No quiero saber nada más sobre los rayos X". "En manos de operadores con experiencia, son una ayuda invaluable en la cirugía, para localizar objetos escondidos a la vista y para hacer, por ejemplo, las operaciones de apendicitis casi infalibles. Pero también son peligrosos y mortales, en manos de personas con poca experiencia o incluso en las manos de hombres que los usan de manera continua para sus experimentos", y refiriéndose a sí mismo y a Dally, "hay dos buenas lecciones objetivas de este hecho en (nuestro laboratorio) Orange".
En la foto, podemos ver a Dally y Edison probando el fluoroscopio en la mano de Dally.